El ministro cubano de Exteriores, Bruno Rodríguez, indicó que la cumbre es el «momento propicio» para «reafirmar» el compromiso de sus miembros «con la solidaridad, la cooperación, la unidad y la defensa de la paz»
La XX Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) que se celebra este martes en La Habana hablará de solidaridad e integración, pero bajo la sombra de los efectos de la pandemia.
Por el momento no se ha facilitado ni un programa ni una lista de participantes, aunque se cuenta con que la cita convoque a los jefes de Estado de sus estados miembro, entre los que se encuentran Venezuela, Nicaragua y Bolivia, además de Cuba.
El ministro cubano de Exteriores, Bruno Rodríguez, señaló a través de Twitter que la cumbre es el «momento propicio» para «reafirmar» el compromiso de sus miembros «con la solidaridad, la cooperación, la unidad y la defensa de la paz».
Para preparar el encuentro, entre otros asuntos, se reunieron este sábado en Caracas la vicepresidenta Ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, y el vicepresidente boliviano, David Choquehuanca.
La viceministra cubana de Exteriores, Josefina Vidal, explicó por su parte en una entrevista difundida por en la página web de la Presidencia cubana que la cumbre «será una buena oportunidad para evaluar de conjunto el escenario regional, las acciones para garantizar la paz y la estabilidad regional, así como la concertación política para impedir la intromisión en nuestros asuntos internos».
No obstante, agregó que la pandemia será «el eje de estos debates», pese a que consideró que la COVID-19 «sólo agudiza los problemas» preexistentes de la región, ante los cuales la ALBA «elaboró un Plan de Trabajo para el 2022, que será analizado y aprobado» en el encuentro de La Habana.
La viceministra de Exteriores de Cuba consideró que los mayores «desafíos» del bloque son «la pandemia, las medidas coercitivas unilaterales aplicadas contra varios estados miembros, el recrudecimiento del bloqueo y las pretensiones hegemónicas del imperialismo en Nuestra América», además de los «problemas lógicos» de sus «economías subdesarrolladas» y la crisis climática.
Vidal dio por «seguro» que en el encuentro se abordará también la posibilidad de que Cuba envíe partidas de sus vacunas contra la COVID-19 a otros miembros del bloque, como ya realizó con Venezuela y Nicaragua.
Cuba, que no integra el mecanismo internacional de reparto de vacunas Covax, desarrolló tres vacunas propias con las que se inmunizaron 90% de su población, de 11,2 millones de personas.
Además, facilitó millones de dosis a algunos de sus aliados clave, entre ellos Venezuela y Nicaragua, miembros de la ALBA-TCP.